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“68 voces, 68 corazones”, al rescate de las lenguas indígenas.

Con el paso de los años el proyecto 68 voces, 68 corazones ha contado con el respaldo de diferentes instituciones y ha traspasado las fronteras de México, para situarse como uno de los proyectos audiovisuales más importantes en la difusión de las lenguas indígenas.

En México se hablan por lo menos 364 variantes lingüísticas, mismas que se encuentran clasificadas en 68 agrupaciones y en 11 familias. Se estima que el 60% de las lenguas originarias en México están próximas a su extinción debido a problemas de marginación, falta de estudios o nula enseñanza de las mismas.

Esto ha sido razón suficiente para que Gabriela Badillo, directora de arte y creativa del estudio audiovisual Hola Combo, iniciara con el proyecto 68 voces, 68 corazones, una serie de cuentos animados que busca rescatar las lenguas indígenas del país.

La premisa de 68 voces, 68 corazones, es: “Nadie puede amar lo que no conoce”. Badillo, quien creció viendo los huipiles de su abuela y escuchando, ocasionalmente, palabras en maya, menciona que hubo dos detonantes que la incitaron a la creación del proyecto: el fallecimiento de su abuelo materno y el poema Cuando muere una lengua de Miguel León Portilla.

“Cuando muere una lengua, entonces se cierra a todos los pueblos del mundo una ventana, una puerta, un asomarse de modo distinto a cuanto es ser y vida en la tierra”, mencionan las letras del filósofo e historiador mexicano. Gabriela Badillo, inspirada por el poema y haciendo conciencia de que su abuelo, de origen yucateco con ascendencia maya, no tuvo la oportunidad de transmitir sus conocimientos a generaciones futuras, decidió darle visibilidad al resto de lenguas indígenas que también están en peligro de desaparición.

68 voces, 68 corazones, es una serie de relatos tradicionales y cuentos sobre los pueblos indígenas de México, llevada a cabo mediante producciones de animación. El material de la serie no se elabora únicamente para entregarse al pueblo indígena, sino que es una creación en conjunto con las diferentes comunidades originarias. De modo que estas son las protagonistas de las historias.

Además de lo anterior, los miembros de las comunidades y pueblos indígenas, colaboran como locutores y traductores de los textos. De igual forma, se invita a los niños a crear dibujos inspirados en las narraciones para realizar una  interpretación  de sus obras y agregarlas en modo de animación, brindando la música correspondiente para facilitar un ambiente de enseñanza y acercamiento con los pueblos indígenas.

Estos metrajes iniciaron cuando Gabriela Badillo recibió un soporte económico por parte del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (FONCA), tras haber registrado su proyecto en la 28° emisión de “Programas de Fomento a Proyectos y Coinversiones Culturales”, ganando el apoyo financiero de la Beca Coinversiones.

Al ser aceptado el proyecto, Badillo formó Hola Combo, estudio de animación y contenidos audiovisuales. De esta manera, lo que comenzó como un proyecto personal, continuó su rumbo con la ayuda de diseñadores, ilustradores y artistas de diferentes áreas que produjeron los primeros metrajes.

Tras pasar los años, 68 voces, 68 corazones ha contado con el respaldo de diferentes instituciones como Canal Once, el Instituto Nacional de Lenguas Indígenas, la Secretaría de Cultura, la empresa Ruta Maya Coffee, el Instituto Nacional de Pueblos Indígenas, entre otros. Sumando hasta la fecha, más de 40 producciones animadas que reflejan el conocimiento de los pueblos originarios de México.

“Mi abuelo, maya originario de Maxcanú, Yucatán, falleció hace unos años y hasta ese momento me di cuenta de todo lo que se había ido con él (…), un lenguaje, historias, tradiciones, costumbres”, ha comentado Gabriela Badillo sobre el fallecimiento de su familiar, situación que la orilló a ver el proyecto como un mecanismo de defensa para mantener vigente la comunicación oral de pueblos indígenas.

En México, existen lenguas en peligro extremo de extinción, tal es el caso del ku’ahl y el kiliwa de Baja California, el ixil nebajeño y el kaqchikel de Quintana Roo, el ixcateco y el zapoteco de San Felipe Tejalápam de Oaxaca. Preservar las comunidades y los pueblos indígenas permite reafirmar el derecho que tienen de aprender y desarrollarse en su propia lengua, así como revitalizar y transmitir a las futuras generaciones sus conocimientos en materia de tradiciones orales, sistemas lingüísticos y literarios, historias y lugares.

Existen varias causas para la extinción o desaparición de una lengua, entre ellas se encuentran: poblaciones que viven en situaciones de marginación o pobreza extrema, discriminación a los habitantes de comunidades indígenas, exclusión social y falta de alfabetización, migración en busca de un mejor sustento económico, pocos estudios respecto a las tradiciones orales, o bien, poca existencia de materiales que fomenten su divulgación.

Dentro del portal web de 68 voces, 68 corazones, se encuentran alojados más de 40 cuentos y relatos que exteriorizan la realidad de las poblaciones indígenas, mostrando tradiciones populares, animales representativos y lugares sagrados de los pueblos, tal es el caso de Hant quij iti cötpacta ipatjc hac, cuya traducción al castellano es El origen de la tierra, una animación basada en un cuento seri de tradición popular, narrado en la lengua Cmiique iitom de Sonora, y que cuenta la historia de una tortuga caguama que formó la tierra con sus patar y un poco de arena.

68 voces, 68 corazones, nació con el propósito de crear conciencia sobre la pérdida de un ser querido, pero también, sobre la ruptura de hábitos y costumbres que ocasiona el no ser transmitidos de generación en generación, provocando el empobrecimiento de la comunicación oral y la fractura de los distintos caminos del pensamiento.

Por Stephanie Mayén Ávila

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