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Estampas de una Ciudad Plurilingüe: Experiencias sobre la enseñanza y fortalecimiento de nuestras lenguas en la Ciudad de México

Marco Orlando Blanco Muñoz y Jorge Ricardo Choreño Luna compartieron dentro de la charla “Reflexiones sobre las prácticas de la enseñanza en lengua náhuatl”, parte de las complicaciones a las que se enfrentaron para generar un programa de estudio sobre su lengua materna.

La Secretaría de Pueblos y Barrios Originarios y Comunidades Indígenas Residentes (SEPI) junto con las Ciberescuelas Pilares, realizaron la charla “Reflexiones sobre las prácticas de la enseñanza en lengua náhuatl”, como parte del programa Estampas de una Ciudad Plurilingüe: Experiencias sobre la enseñanza y fortalecimiento de nuestras lenguas en la Ciudad de México, en el marco del Decenio Internacional de las Lenguas Indígenas 2022-2023.

Los participantes fueron Marco Orlando Blanco Muñoz y Jorge Ricardo Choreño Luna, ambos maestros y hablantes nativos de la lengua náhuatl. El objetivo de la plática se enfocó en compartir con el público los avances y retos visibles tras generar un programa educativo para la enseñanza básica de esta lengua en las Ciberescuelas Pilares, dicho curso estuvo abierto al público mexicano durante el periodo 2020-2022 y aunque en un principio se pensó únicamente para la capital del país, las plataformas digitales facilitaron su entrega a otros estados de México.

Choreño Luna manifestó que una de las complicaciones para el desarrollo del programa fueron los maestros del mismo, pues todos eran hablantes de náhuatl pero con distintas variantes, lo que dificultó un primer acercamiento para la planeación, pese a ello, se tenía claro que la metodología de enseñanza sería informal e independientemente de la variante todos los docentes debían presentar materiales de estudio adaptados a su lengua, incluso si esto implicaba modificar el temario inicial o agregar nuevos contenidos.

“Ser hablantes no implica que podamos enseñar nuestra lengua”, fueron palabras de Choreño Luna tras mencionar al público qué el curso, inicialmente, no funcionó según las expectativas. En un primer acercamiento, los docentes se concentraron en compartir vocabulario y frases fabricadas que difícilmente crearían una comunicación directa con los nativos nahuas, por ello, se modificó el temario una vez comenzado el curso. Para conseguirlo, se plantearon cinco objetivos particulares: que el alumno entendiera la realidad lingüística y cultural de los pueblos; que pudiese saludar y despedirse en la lengua náhuatl; que fuese capaz de presentarse y presentar a otras personas con la comunidad, así como preguntar por personas específicas y lugares; y finalmente, que consiguiera comprar y vender en lengua náhuatl.

Una vez que los objetivos estuvieron claros, el programa de enseñanza concluyó un temario que cada docente adaptaría a su variante pero con los mismos tópicos, los cuales iban desde enseñar los vocablos actuales de origen náhuatl, compartir la realidad de la cultura en los pueblos, la manera correcta para comunicarse con adultos mayores o jefes de la comunidad, etc.

De igual forma, el maestro Blanco Muñoz dejó claro que para el correcto aprendizaje del estudiante era fundamental desarrollarse en cuatro habilidades: auditiva, oral, escrita y lectora, para que los usuarios fuesen capaces de entenderlo pero también de construir oraciones eficaces en su comunicación con el pueblo.

Sumado a lo anterior, afirmó que la mejor manera de enseñar náhuatl no era mediante el método de gramática y traducción, pues esto solo dotaría de un conocimiento técnico pero sería complicado producirlo por el alumno, así que prefirió fabricar sus clases con base en la didáctica cultural, la reflexividad lingüística y el enfoque comunicativo.

El curso de enseñanza en náhuatl seguirá activo en las Ciberescuelas Pilares, con nuevas modificaciones para brindar un aprendizaje completo a los usuarios.

Por Stephanie Mayén Ávila

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