Alejandra Rosado Martínez, promotora del libro Deshilar el Istmo, junto con la organización Una mano para Oaxaca, compartieron en el Festival del libro indígena el conocimiento de las abuelas de Ixtaltepec, divulgando en los adultos y en las infancias el oficio del textil istmeño.
Andrea Arellano, Licenciada en Gestión Cultural y autora del libro Deshilar el Istmo, relata a través de las páginas parte de sus vivencias como local de Ixtaltepec; motivada por el encanto del arte textil surgió esta iniciativa comunitaria, donde personas de diferentes geografías complementaron sus conocimientos para formar un libro que refleja el arte y el valor tradicional de las comunidades del Istmo de Tehuantepec y la Asunción de Ixtaltepec.
La presentación del libro se llevó a cabo en el Tianguis Artesanal y Cultural “Sabores, saberes y tradiciones” dentro de la Alcaldía Cuauhtémoc, donde el público fue testigo de la pasión con que Alejandra Rosado Martínez, quien fue representante de esta obra en la mesa de diálogo, invitaba a las infancias a sentirse parte de sus espacios y tradiciones, motivando su aprendizaje para mantener vivo el arte textil y su cultura.
Expresa Rosado Martínez que el público meta para esta creación literaria son los niños, de modo que el material se torna didáctico para qué, a través de las ilustraciones de Lucy Lomelí, puedan descubrir los oficios tradicionales de Oaxaca, enalteciendo la cultura zapoteca y los conocimientos que han pasado de generación en generación.
Deshilar el Istmo, tiene como finalidad generar mantenerlo vivo el interés en los pobladores descendientes del territorio, pues tras el pasado terremoto en 2017 este oficio se practica en menor medida, por lo que los guardianes del arte, comenta Alejandra, luchan por preservar la vestimenta yaati y generar de ella una oportunidad laboral que refuerce la identidad zapoteca.
La historia gira en torno a una pequeña de nombre Ela y un hilo rojo que la conducirá a conocer el territorio y a la comunidad binnizá, definidos por Irma Pineda, comentarista crítica del libro, como “gente de roja sonrisa y corazón inquieto”, recordando que en la cultura zapoteca el color rojo representa la sabiduría que las abuelas tienen para curar los malestares.
Alejandra Rosado Martínez, quien vestía un textil tradicional de cadenilla, comparte que Na’ Elba, la mujer que conoce Ela en su búsqueda de aprendizaje, es una guardiana de oficios en Asunción Ixtaltepec, una de las últimas mujeres que mantiene vigente el textil istmeño.
“(este libro) es con el ímpetu de compartir la importancia que tienen las lenguas y los pueblos originarios”, comentó Rosado Martínez en el cierre de la presentación, agregando que lo más complicado de crear el libro es encontrar la manera en que llegue a su público correspondiente; “a pesar de que hacemos muchos esfuerzos por trabajar con adultos, las infancias son las generaciones que queremos que abracen la cultura desde sus raíces”, concluyó Alejandra Rosado, representante del libro Deshilar el Istmo.
Por Stephanie Mayén Ávila